Los contenedores higiénicos femeninos son, desde hace décadas, un elemento casi indispensable en cualquier establecimiento que cuente con baños públicos. Estos cubos permiten el aislamiento adecuado y un tratamiento óptimo de los productos de uso diario en la higiene femenina íntima. Sin embargo, todavía existen algunas voces que ponen en tela de juicio unos costes globales supuestamente demasiado elevados.
En primer lugar, y como en muchos otros productos de salubridad e higiene profesional, debemos tener siempre en cuenta que el dinero destinado a soluciones de calidad tiene que ser visto como una inversión, y no como un mero gasto sin retorno. En ese sentido, está comprobado que los contenedores higiénicos en los baños de uso comunitario evitan muchos problemas y situaciones de limpieza deficiente que en un principio quizás no sean apreciables a simple vista. De no ser tratados adecuadamente, estos tipos específico de residuos muy probablemente acarreen consecuencias graves y muy costosas (tuberías atascadas, malos olores, suciedad visible e incluso una percepción de gran dejadez por parte de los usuarios).
Existen dos tipos básicos de este tipo de contenedores: fijos (se cambian mensualmente introduciendo una nueva bolsa limpia especialmente tratada) y desechables (normalmente pensados para establecimientos donde su uso es temporal o se deterioran fácilmente). En cualquier caso, el funcionamiento y recambio de ambos tipologías es muy fácil y, además de ahorrarnos inconvenientes importantes a medio/largo plazo, tienen la ventaja de transmitir una sensación extra de cuidado por un entorno totalmente higiénico; es decir, contribuyen a la sensación subjetiva de confianza por parte de nuestro usuario.
CONSEJO PAPELMATIC
Una higiene adecuada en nuestros baños se consigue en la mayoría de los casos a través de soluciones profesionales. Los contenedores higiénicos Cannon Concept, por ejemplo, presentan un diseño ideal para este fin, ya que incorporan un pedal, un cierre de seguridad y una bandeja de acero inoxidable. Todo ello evita su manipulación inadecuada y el consiguiente riesgo de infecciones cruzadas. Este sistema es especialmente seguro porque incorpora el nuevo desinfectante de PAPELMATIC, el B.7, que inhibe todo tipo de bacterias, hongos y virus, incluidos los de Hepatitis B, Hepatitis C y el VIH, causante del SIDA.