Sabemos que la temperatura es uno de los factores que más influye en nuestro bienestar laboral. Los resultados del ‘I Barómetro HGS de la Salud en Entornos Laborales‘ nos lo confirman: el 49% de los trabajadores considera que la temperatura en la que desarrolla su trabajo es inadecuada (demasiado frío o demasiado calor), el 81% afirma que esto repercute negativamente en su rendimiento y el 56% reivindica que la climatización es uno de los ámbitos que deben mejorar a corto plazo en su entorno de trabajo.
La normativa sobre Seguridad y Salud en los Espacios de Trabajo del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo indica que, en general, se deben evitar las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire, y la irradiación solar excesiva a través de ventanas o paredes de cristal. Además, se establece que en los espacios de trabajo cerrados (oficinas o similares), la temperatura ambiental mínima debe ser de 17º C y la máxima de 27º C.
A pesar de ello, durante los meses veraniegos, el aire acondicionado y la refrigeración de los espacios se convierten en puntos de controversia en muchas oficinas, llegando a generar problemas de salud y de convivencia.Éstos están detrás de la mitad de las bajas laborales y absentismos que se dan en verano y producen un 40% de las consultas de atención primaria.
Por eso, proponemos una serie de consejos para utilizar el aire acondicionado de la manera más adecuada posible, haciendo además un uso eficiente de estos aparatos.
- Ajusta la temperatura entre 24 y 26º C. Es suficiente para combatir los efectos del calor, sin excesivos gastos de energía. Basta con seleccionar 5º C por debajo de la temperatura exterior para obtener una sensación de frescor.
- No orientes directamente el flujo de aire frío hacia las personas. Puede derivar en problemas de salud como los tradicionales resfriados y catarros veraniegos, faringitis, rinitis, dolores de cabeza o contracturas musculares.
- Limpia los filtros. Por lo menos una vez al año conviene limpiarlos para eliminar polvo, polen y gérmenes, lo que ayuda a prevenir alergias y a que el equipo funcione de forma más eficiente. Disponer de un buen plan de mantenimiento de los equipos de aire acondicionado es indispensable para que estos funcionen de una manera eficaz.
- Mantén las puertas y ventanas de la oficina cerradas. Esto facilita el enfriamiento, ayuda conservar una temperatura de confort e impide el derroche de energía.
- Apaga el aparato cuando no haya nadie en la oficina. Puedes utilizar termostatos y relojes para regular la temperatura de los diferentes espacios y programar su tiempo de funcionamiento.
Y recuerda que si no quieres utilizar el aire acondicionado, siempre puedes apostar por la ventilación natural y conseguir cierto efecto de frescor abriendo las ventanas y creando corriente de aire. Esto es útil sobre todo en los casos en que, además de alta temperatura, la humedad del ambiente es elevada. Utilizar persianas y cortinas para que el sol no entre en la oficina también te ayudará, así como vestir con ropa adecuada, fresca y ligera.