Movilidad restringida y posturas inadecuadas suelen ser algunas de las consecuencias de trabajar en un espacio demasiado reducido. A la larga esto puede derivar en fatiga, estrés, trastornos posturales, problemas circulatorios, lesiones musculares o molestias visuales. Para evitarlo, existen ciertos criterios de ergonomía que determinan cuáles son las dimensiones apropiadas para un puesto de trabajo. Criterios que son tan importantes como tener el mobiliario adecuado para facilitar el desarrollo de nuestras actividades diarias.
Lo más adecuado seria poder diseñar cada puesto de trabajo, ajustándose a las medidas específicas del trabajador que lo vaya a ocupar. Pero eso es imposible ante la gran variedad de tallas de los individuos. Por este motivo, se tiene en cuenta a las personas de mayor estatura para acotar las dimensiones, por ejemplo, del espacio a reservar para las piernas debajo de la mesa, y a los individuos de menor estatura para determinar las dimensiones de las zonas de alcance en plano horizontal.
Analizamos brevemente algunos de estos criterios, establecidos por entidades como el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) o la Organización Internacional del Trabajo (OIT):
–La altura del plano de trabajo: si es demasiado alta tendremos que levantar la espalda y generaremos dolor en los omóplatos. Si demasiado baja provocaremos que la espalda se doble más de lo normal creando dolores musculares. Por eso, la altura debe adaptarse a la talla de cada individuo y al tipo de trabajo que se vaya a efectuar. Las alturas de la mesa con respecto al suelo que se aconsejan son las siguientes: en trabajos que requieren exactitud (hombres 90-110 cm y mujeres 80-100 cm), trabajos con ordenador (hombres 68 cm y mujeres 65 cm) y trabajos de lectura y escritura (hombres 74-78 cm y mujeres 70-74 cm).
-Espacio reservado para las piernas: El sistema mesa-silla debe permitir un espacio suficiente par alojar las piernas con comodidad y para el cambio de postura, dejando un espacio libre al menos 70 cm de ancho por 65 cm de alto.
-Zonas de alcance óptimas del área de trabajo: se recomienda que los materiales y útiles de oficina se ubiquen en el área de la mesa de trabajo dependiendo de su frecuencia de manipulación, de su peso y de su tamaño, no más lejos de 35-45 cm del trabajador, de tal forma que éste pueda alcanzarlos fácilmente con las dos manos.
-Postura de trabajo y mobiliario: para conseguir una postura correcta es necesario que el equipamiento básico cumpla algunos requisitos. Por ejemplo, la silla de trabajo debe tener, entre otras cosas, un asiento regulable en altura, con una anchura entre 38-42 cm, acolchado, elaborado con tela y material de relleno que permita la transpiración. Lo mismo sucede con el respaldo que además será regulable en altura y ángulo de inclinación.
La mesa de trabajo deberá tener una altura de entre 70-75 cm y la dimensión del tablero deberá permitir la colocación de todos los elementos del trabajo para evitar las torsiones de tronco o giros de cabeza innecesarios. El reposapiés también es un complemente importante. Deberá tener una superficie antideslizante tanto en la zona superior como en sus apoyos en el suelo, una Inclinación ajustable entre 5º-15º sobre el plano horizontal y con unas dimensiones de 45 cm de ancho por 35 cm de profundidad.
Por último, la utilización de apoyabrazos está indicada en trabajos que exigen gran estabilidad de la mano y en trabajos que no requieren gran libertad de movimiento. Debe tener una anchura 60-100 mm y una longitud que permita apoyar el antebrazo y el canto de la mano. La forma de los apoyabrazos será plana con los rebordes redondeados