Una investigación de la Universidad de Westmister ha revelado que el secado de manos con toallas de papel de un solo uso, es el método más eficaz para eliminar las bacterias de nuestro organismo después de lavarnos las manos. El estudio fue realizado por el microbiólogo Keith Redway, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad, y se observó durante el mismo la posibilidad de contaminación microbiana de diferentes tipos de secado de manos.
En la investigación se compararon sistemas como el secador de aire caliente, la toalla de rollo textil, un secador de aire a presión y las toallas de papel de un solo uso. Después del análisis, se llegó a la conclusión de que el mejor sistema para evitar la contaminación eran las toallas de papel de un solo uso, ya que son las que evitan la propagación de los agentes contaminantes hacia el organismo.
El estudio fue encargado por el European Tissue Symposium (ETS) y también analizó la altura a la que los microbios se propagan en los secadores de aire. La mayor dispersión que se encontró fue de entre 0,6 y 0,9 metros desde el suelo, lo que equivale a la altura de la cara de los más pequeños mientras sus padres se están secando las manos en el baño.
Los resultados de las investigaciones revelan varias conclusiones importantes respecto al tema de la contaminación microbiana en estancias como, por ejemplo, en baños públicos. Las toallas de papel de un solo uso propagan los microbios y las bacterias en menor medida, si realizamos una comparación frente al resto de sistemas de secado de manos, un dato que puede servir como punto de partida para evitar casos de contaminación cruzada en áreas como centros educativos, hospitales o pabellones deportivos.
Para ilustrar y dar más visibilidad a los datos que se pueden extraer de las conclusiones de este estudio, los expertos del ETS han elaborado un vídeo en el que se observan los diferentes panoramas y las diferentes situaciones que se producen cuando nos secamos las manos a través de los sistemas analizados.
Los resultados de este estudio deben tenerse en cuenta por las diferentes compañías y organizaciones, a la hora de implantar uno u otro sistema de secado de manos, con el fin de evitar en la medida de lo posible los casos de contaminación y propagación de microbios y bacterias.
Precisamente, el dispensador de toallas de un solo uso de Papelmatic cumple 50 años. Sus orígenes se remontan a la década de los 60, cuando surgió la necesidad de encontrar un tipo de sistema de dispensación que pudiera suministrar las toallas de papel para secar las manos que fueran de un solo uso, agradables al tacto y que a la vez se pudiera optimizar su consumo.