Los escolares han vuelto a ocupar las aulas durante esta semana, después de las vacaciones de verano. Preocuparse por la calidad del aire en los centros educativos debe ser una prioridad esencial a la hora de cuidar el entorno en el que los más pequeños pasan la mayor parte de las horas del día.
Los expertos afirman que más de 1 de cada 3 niños europeos sufren asma bronquial o padecen algún tipo de alergia. Este ha sido uno de los motivos por los que la Unión Europea se ha involucrado en el proyecto Sinphonie , que ha estudiado la calidad del aire de 38 escuelas y guarderías de 25 países europeos y ha elaborado unas guías dirigidas a padres, profesores y alumnos para conseguir una calidad del aire interior que garantice su salud.
El origen principal de la contaminación en estos espacios, se encuentra en los materiales de construcción y decoración, los muebles, y las sustancias que tienen algún tipo de relación con el entorno, como por ejemplo las pinturas, los pegamentos o los productos que se utilizan para realizar las tareas de desinfección y limpieza de las aulas.
En las diferentes clases, se pueden encontrar contaminantes interiores como el dióxido de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles, o agentes biológicos tales como alérgenos. Estas partículas pueden desembocar en empobrecer la calidad del aire interior, lo que conlleva la aparición de molestias, irritación, o el empeoramiento de patologías como el asma o las alergias.
Pero, ¿qué se debe hacer para mantener una óptima calidad de aire y evitar la aparición de todos estos contaminantes? Los expertos establecen una serie de recomendaciones y pautas a seguir:
– Provocar un aumento de la sensibilización: es conveniente educar al personal docente, padres, alumnos y personal de limpieza sobre las buenas prácticas que se deben seguir a la hora de mantener una higiene correcta.
– Precaución con los procedimientos de limpieza: se debe tener un especial cuidado a la hora de seleccionar los productos de limpieza que se utilizan para desinfectar las aulas.
– Uso de la ventilación: un sistema de ventilación adecuado y revisado según la normativa vigente, permite una buena renovación de aire y reduce los niveles de CO2 y compuestos tóxicos a la vez favorece el entorno en el que se encuentran los escolares y los docentes.
– Prestar atención a los materiales de construcción y elección de mobiliario que se utilizan tanto en las nuevas construcciones como en las reformas de los centros. Sobre todo en las pinturas, que sean de base acuosa sin disolventes, los adhesivos, y los materiales del mobiliario que tenga bajos niveles de emisiones de COV (compuestos orgánicos volátiles). Elegir, a ser posible, materiales con etiqueta Ecolabel que garantizan el cumplimiento de estos criterios saludables.
Si se siguen todas estas indicaciones y consejos, los escolares y docentes podrán disfrutar de en un entorno saludable y podrán mejorar su salud y el rendimiento escolar.