¿Tener plantas en la oficina mejora nuestra salud?

“Incluso el contacto con un cactus puede restaurar el equilibrio de nuestra psique”, explica Terry Hartig, profesor de Psicología Ambiental de la Universidad de Uppsala (Suecia), en una entrevista publicada recientemente en La Contra de La Vanguardia. Hartig afirma que la interacción con la naturaleza hace que nuestra tensión arterial y nuestros niveles de hormonas del estrés mejoren y eso, en muchas ocasiones, se traduce en una reducción del consumo de psicofármacos. Los que vivimos en la ciudad, disponemos de parques, zonas verdes y vías ajardinadas. No son bosques pero cualquier acercamiento a la naturaleza, por pequeño que sea, ayuda a nuestra salud mental y física. Pero, ¿qué sucede cuando entramos en la oficina?

“En los entornos laborales donde no hay espacios verdes y a veces ni siquiera una ventana con luz exterior, los empleados se apresuran a poner en sus mesas cactus, ficus… En Noruega, los despachos sin ventanas exteriores tienen cinco veces más plantas de interior traídas por los propios empleados”, comenta el investigador en dicha entrevista. Y es que las plantas pueden llegar a eliminar el 80% de la contaminación interna de la oficina, algo que evidentemente repercute positivamente en la salud de los trabajadores.

Así, la presencia de plantas hace que mejore el funcionamiento de todo nuestro organismo y que nos sintamos serenos, equilibrados, concentrados y con más energía, reduciéndose nuestra fatiga y estrés y aumentando nuestra productividad. Su presencia mejora la calidad del aire interior y contribuye a mantener el nivel de humedad en el ambiente, evitando la resequedad de las mucosas y la piel, haciendo más fácil nuestra respiración y disminuyendo nuestro cansancio.

Tener plantas situadas cerca del ordenador hará que tengamos menos dolores de cabeza, tos e irritación de los ojos. Gracias a ellas se reduce la cantidad de polvo ambiental en un 20%, bajan los niveles de ciertos gases tóxicos e incluso se reducen los niveles de contaminación sonora ya que estas amortiguan el exceso de ruido.

Las plantas aportan armonía visual y ayudan a que nos relajemos pero también debemos tener en cuenta que las condiciones de temperatura de una oficina no suelen ser las más adecuadas para algunas especies y que, por eso, pueden reclamar algunos cuidados especiales.

Por ejemplo, debemos recordar que los equipos de aire acondicionado y la calefacción resecan el ambiente, así que es necesario rociar dos veces por semana las hojas. Esto no reemplaza el regado habitual de las plantas que, según explican los expertos, se deben colocar en un lugar en el que entre la luz de la mañana. Conviene, pues, que reciban luz directa pero no durante muchas horas y por eso se recomienda colocar estores en las ventanas para regular la cantidad de luz.

La clave está en seleccionar la especie más adecuada para nuestra oficina antes de comprar las plantas. La NASA publicó un estudio en el que se recogían las diez principales plantas purificadoras del aire y le asignó a cada una de ellas una puntuación basándose en su capacidad de eliminación de vapores químicos, su resistencia a los insectos, y su facilidad de mantenimiento. La Palmera Areca, calificada como “la planta humidificadora de aire más eficiente” y la Palma Bambú, que puede vivir en climas húmedos o secos, encabezan el listado. El ficus, la dracaena, la hiedra, las azaleas, las poinsettias o el helecho son otras de las especies que mejor depuran.

Conocer las especies nos ayudará a hacer una buena selección pero también será necesario estudiar las condiciones ambientales y de luz de la oficina, buscar el espacio adecuado y estimar el grado de mantenimiento que necesitarán. Así obtendremos mayores beneficios de su presencia, mejoraremos la salud de los trabajadores e incluso podremos llegar a reducir las bajas por enfermedad.