El número de horas que pasamos en espacios cerrados, con sistemas de ventilación poco adecuados, luz artificial y materiales sintéticos. Y aunque no nos demos cuenta, existe un índice de contaminación que puede llegar a provocarnos trastornos de salud. Catarros frecuentes, irritación ocular o fatiga excesiva son algunas de estas molestias. Cuando ese espacio cerrado se traduce en patología, los expertos hablan del “síndrome del edificio enfermo”, término que se atribuye también a aquellas edificaciones cuya calidad de construcción llega a comprometer la seguridad del inmueble.
Los síntomas son leves en general, pero causan molestias a un número elevado de personas empleadas en estos edificios. Y por ello la Organización Mundial de la Salud ha identificado una serie de características comunes en la mayoría de edificios enfermos, como problemas en la ventilación con sistemas comunes en todo el inmueble o amplios sectores con recirculación parcial del aire.
Estas construcciones suelen ser poco costosas y muchas de las superficies están cubiertas de materia textil, como moquetas. Son edificios herméticos, con ventanas que no abren y por lo tanto, el ambiente se mantiene casi siempre en un mismo nivel térmico. En algunos casos, la solución es tan sencilla como adecuar los sistemas de ventilación y controlar los niveles de humedad del edificio.
Conocemos algunos casos muy sonados de este curioso síndrome. Era por el mes de marzo de 2007, cuando los medios de comunicación se hacían eco de que la empresa Gas Natural había tenido que desalojar su recién estrenada sede en Barcelona a causa de una extraña dolencia que habían desarrollado algunos de los empleados del edificio. El nombre de esta enfermedad es lipoatrofia semicircular y se manifiesta con la pérdida de una zona semicircular de tejido graso subcutáneo situado sobre todo en la parte anterior de los muslos.
Parece ser que el problema está relacionado con un alto contenido de electricidad estática en el mobiliario de trabajo, seguramente producido por una baja humedad y por tomas de tierra escasas. Es probable que se produzcan pequeñas descargas electrostáticas en las piernas a través de la mesa del escritorio. Esto explicaría el por qué las lesiones aparecen en la parte anterior de los muslos ya que ésta es la zona del cuerpo que está más cercana a la base de la mesa de trabajo.
La lipoatrofia semicircular no es grave y se puede revertir fácilmente con sólo suprimir sus causas. La solución podría ser el aumento de la humidificación y la instalación de tomas de tierra en el mobiliario afectado.