El Plan de Autocontrol, vital para evitar infecciones en las piscinas

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Para mitigar los efectos del calor del verano, es habitual optar por pasar la jornada en alguna piscina. Pero, ¿qué medidas deben optar los centros y los ayuntamientos para mantener estas instalaciones en unas condiciones aptas para su disfrute? ¿Qué dice la normativa respecto al cuidado de las mismas?

El Real Decreto 742/2013 establece las condiciones y los criterios técnico – sanitarios que se deben seguir, con el fin de desarrollar el protocolo de autocontrol destinado a velar por las condiciones en las que deben permanecer las piscinas. Una normativa que pretende guiar a los responsables para que garanticen una calidad óptima de las mismas.

En lo que se refiere al tratamiento del agua, se basa en conseguir que se encuentre libre de microorganismos patógenos y de sustancias que puedan afectar de forma negativa a la salud del usuario. La depuración física y química del agua, la renovación mediante adición de agua de aporte, o la realización de diferentes controles rutinarios son algunas de las herramientas que se utilizan para tal fin.

Además, se deben designar unos puntos de control que en función de las características del vaso, podrán llegar a estar distribuidos en diferentes zonas de la piscina para obtener una mayor representatividad. Como mínimo, uno de ellos debe estar ubicado a la entrada de la misma, y el otro se ubicará en la zona más alejada a la entrada de agua.

En cuanto a la gestión de riesgos, el Plan también contempla una evaluación de los riesgos potenciales, como por ejemplo, traumatismos, ahogamientos, cortes o intoxicación por productos químicos, y se deben indicar las medidas que se deben aplicar para minimizar sus consecuencias.

En las piscinas cubiertas, también se tendrá que realizar un control exhaustivo del aire. Para que la muestra sea representativa, deberá recogerse dentro del horario de apertura al público y en momentos de elevada afluencia de bañistas. Además, se deberá tener en cuenta la altura desde el suelo en la que se hace la medida y pensando en los perfiles más vulnerables, como los niños o deportistas que suelen pasar más tiempo en el agua.

Estas medidas van encaminadas a mejorar y garantizar un correcto funcionamiento de estas instalaciones tan utilizadas durante los meses de verano. Gracias a estas indicaciones, los asistentes a las piscinas podrán disfrutar de ellas con las máximas garantías de seguridad.

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