Los Equipos de Protección Individual, el mejor aliado contra los riesgos biológicos

Los Equipos de Protección Individual (EPI) son aquellos elementos de los que dispone un trabajador, con el objetivo de que protejan a los empleados de los posibles riesgos que amenacen a su salud o seguridad. Se trata de un conjunto que debe utilizarse como parte de un programa global que evalúe los peligros a los que se encuentran expuestos los trabajadores, a la vez que se seleccionan de forma correcta los EPI’s para cada perfil.

Los riesgos biológicos requieren de una especial atención a la hora de trabajar a favor de un entorno seguro y saludable. El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo apuesta por realizar una evaluación previa del riesgo inherente al centro de trabajo. El siguiente paso debe ser la eliminación o la reducción al nivel más bajo posible de la exposición al riesgo con alguna medida a nivel colectivo, como por ejemplo, el uso de cabinas de seguridad biológicas para aquellas operaciones que generen aerosoles infecciosos.

Desde el punto de vista de los riesgos biológicos profesionales se distinguen dos tipos de actividades: aquellas en las que existe una intención deliberada de manipular agentes biológicos, y los trabajos en los que puede existir una exposición al mismo debido a la naturaleza del empleo.

La normativa española establece una serie de requisitos que deben cumplir los EPI’s. Deben proporcionar una protección eficaz frente a los riesgos que motivan su uso, sin suponer por sí mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias innecesarias. Además deben tener en cuenta las condiciones anatómicas y fisiológicas y el estado de salud de los trabajadores, lo que supone adaptarlos en función del sexo de la persona que los utiliza.

Al tratarse de unos elementos que sufren una degradación paulatina con su utilización habitual, las empresas deben ser conscientes de que deben revisar su estado periódicamente y substituirlos si fuera necesario. En el caso de que sean de un solo uso deben desecharlo en cada utilización. Por último sólo cabe recordar que el uso de guantes no exime de efectuar una buena higiene de manos entre uso y uso del EPI.