Actualmente, el sector de las residencias para la tercera edad no cuenta con altos niveles de satisfacción y se encuentra a menudo en el punto de mira.
Existen ciertos indicadores generales que deben cumplirse para garantizar los estándares mínimos de calidad y que garanticen el bienestar y la ergonomía de pacientes, trabajadores y familiares. Entre ellos destacamos:
- Garantizar el derecho a la intimidad. Empezando por la propia habitación del paciente, que debe fomentar el sentimiento de pertinencia, así como la intimidad y la sensación de control sobre los elementos propiedad del paciente. Este derecho también se ejerce a través del trato entre profesionales y residentes, teniendo que priorizarse la confidencialidad.
- Atender en base al cariño, afecto y respeto. En el último barómetro sobre residencias, destacábamos el término “Atención Centrada en el Paciente” (ACP) como uno de los más valorados por los encuestados. Es importante que las personas mayores se sientan valoradas y reciban un trato de tú a tú para salvaguardar su autoestima y seguridad.
- Evitar la inestabilidad de la plantilla. Una elevada rotación de los profesionales que trabajan en la residencia provoca desconfianza por parte de los familiares e impide estrechar lazos entre cuidadores y residentes.
- Ser más flexible con los horarios. Sirve para responder a las necesidades de los profesionales y de los propios residentes. Se reclama por lo tanto, una mayor adaptabilidad a las circunstancias personales de cada uno, más especialmente en aquellas personas que no requieren una atención continua.
Estos cuatro aspectos responden al bienestar y a la ergonomía del paciente de una residencia de la tercera edad a nivel anímico o sentimental. Aún así, también es importante considerar algunos aspectos que vienen intrínsecos y que aunque no sean del todo visibles, influyen notoriamente en la ergonomía de los residentes.
Es el caso de hábitos como por ejemplo dejar de fumar, mantener una buena higiene, realizar actividad física periódicamente, mantener una alimentación saludable y lavarse las manos a menudo.
CONSEJO EFEBÉ
Teniendo en cuenta el entorno, también deberíamos considerar el tipo de mobiliario que se utiliza en las residencias para la tercera edad, ya que éste afecta directamente a la ergonomía del paciente en su estado más tangible.
En Efebé contamos con mobiliario específico y diseñado en base de cada necesidad detectada. Por ejemplo, las butacas deben tener la altura suficiente para que los pacientes apoyen el pie en el suelo y así poder levantarse con mayor facilidad. La inclinación debe ser más bien vertical y en ningún caso debemos prescindir del apoyabrazos.
En el caso de las mesas, éstas deben ser regulables en cuanto a altura y deben adaptarse a usuarios que van en silla de ruedas. El material no será pulido ni brillante para evitar posibles reflejos.
En cuanto a las camas, éstas deben elegirse en función del estado de dependencia y movilidad del paciente, considerando aspectos como la articulación y la elevación de las mismas.
Éstos son aspectos que en ocasiones no se tienen en cuenta, pero que a la larga, pueden afectar negativamente a los pacientes y a la reputación de las residencias para la tercera edad en consecuencia.