Alumnos, padres y profesores se preparan estos días para la inminente vuelta al cole. Pero no son los únicos ya que las escuelas también tienen que llevar a cabo una puesta a punto para recibir a todos los estudiantes y mantener un ambiente adecuado durante todo el curso. Para ello, la higiene escolar se convierte en uno de los puntos clave en el que los colegios deben incidir.
Según el Ministerio de Sanidad, la limpieza de todo centro educativo debe realizarse al menos una vez al día, prestando atención a mesas y sillas, pomos de las puertas, interruptores de la luz, teléfonos y timbres, material escolar y didáctico, aulas compartidas, teclados y ratones de ordenadores. Se recomienda también airear diariamente las aulas y extremar la higiene en los aseos y en zonas muy concurridas como aulas de informática, salones de actos, comedores escolares y vestuarios, entre otros.
La correcta higiene personal de los alumnos y del personal docente también se debe tener en cuenta. El principal consejo para evitar la transmisión de virus e infecciones en la escuela es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. Los más pequeños deben adquirir este hábito e interiorizar la necesidad de lavarse las manos antes y después de las comidas, a la vuelta del recreo o después de ir al servicio.
Instituciones como el Instituto Pasteur de París recomiendan que el lavado se realice con jabón líquido o geles con sistema de dosificación que garanticen la máxima higiene y el uso de productos antisépticos con base alcohólica que evitan la transmisión de gérmenes. El secado debe hacerse con toalla de papel desechable en lugar de utilizar toallas de algodón.
Las pautas de higiene corporal suelen aprenderse en el hogar pero en la escuela se trabaja para reforzarlas. Así, los docentes deben recalcar aspectos como la importancia de ducharse periódicamente, el cepillado de los dientes después de las comidas, la higiene de las uñas o la limpieza de las mucosidades nasales mediante pañuelos de papel y no con las manos, entre otros.
La higiene también se ocupa de aspectos como el ejercicio físico, la alimentación y la relación con el entorno. En este último caso es importante que los niños y niñas aprendan a tener su espacio personal de trabajo limpio y a mantener el espacio del aula ordenado. De este modo, se mejora el bienestar general en la escuela y se facilitan las relaciones interpersonales.