¿Cómo se producen los ruidos extraños que genera nuestro cuerpo?

Pongámonos en situación. Una reunión, todo el mundo en silencio, y de repente… Nuestro estómago ruge como si dentro de él viviera un león batallando por salir. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez en una situación parecida?

Nuestra sociedad tiende a ruborizarse con este tipo de ruidos, sin llegar a preguntarse a qué se deben o en qué pueden derivar. Pero lo cierto es que algunos de ellos, pueden ser síntomas de una patología.

En este artículo vamos a repasar algunos de ellos y descubrir cuáles pueden silenciarse para así evitar algún que otro momento incómodo.

1. Chasquidos en la mandíbula. Quizá no sea de los más conocidos (al menos por este nombre), pero lo identificaremos fácilmente si pensamos en el ruido que emitimos en ocasiones al bostezar, hablar o comer. Durante la adolescencia, esta sonoridad es bastante común, sobretodo en el género femenino. Pero cuando se produce en edad adulta, es síntoma de “un mal funcionamiento de la articulación por falta de piezas dentales o por la disminución del tamaño de las mismas”, según informa el presidente del Consejo de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España al diario El País. También podría derivar de una mala postura en la que los músculos del cuello y la cara se tensionan. ¿Cómo evitarlos? Tenemos 3 opciones: colocar una férula de descarga en la boca, evitar el estrés o mantener una buena postura, ya sea en el trabajo o en casa.
2. Hipo. Este ruido se debe a la contracción del diafragma y aparece de forma inesperada, casi sin quererlo y, para la mayoría de personas, seguramente en los momentos menos oportunos. Los trucos para deshacerse de él suelen basarse en la sabiduría popular, como por ejemplo, tomar una cucharada de azúcar, recibir un buen susto o noquear a alguien preguntándole qué comió el día anterior. A diferencia de la sonoridad anterior, este ruido no es síntoma de nada, sino que forma parte del funcionamiento natural de nuestro cuerpo.
3. Ruido en el estómago. Seguramente éste sea el más incómodo y escandaloso de todos. Este ruido se debe a movimientos intestinales. ¿Por qué suena de esta forma? Es bien sencillo. Los intestinos son partes de nuestro cuerpo que están huecas, de manera que, cualquier sonoridad que se produzca en su interior, hará un efecto de eco, haciéndose perceptible para aquellos que nos rodean. ¿Qué hacer al respecto? Es importante reducir el aire que ingerimos a la hora de comer o simplemente contentar al estómago con algo de comida cuando estamos hambrientos.
4. Estornudos. Solemos asociar este ruido al resfriado. Pero la verdad es que no siempre tiene que ser así. Los estornudos se producen básicamente porque algún agente externo está irritando nuestra mucosa nasal. Cuando estornudamos, el aire sale de nuestro cuerpo a una velocidad de más de 100 km/h. A diferencia de las demás, esta sonoridad es prácticamente inevitable. De hecho, seguramente hayamos escuchado a alguien quejarse de que la luz solar le produce estornudos. Por muy disparatado que parezca, esto existe y se conoce por el nombre der Síndrome de Estornudos Helioftálmicos Incoercibles Autosómico (ACHOO). Este fenómeno puede prevenirse evitando los cambios bruscos de temperatura (así que, ¡ojo con el aire acondicionado y la calefacción!) o ejerciendo un control en la limpieza de los ácaros que viven en nuestro entorno.

CONSEJO HGS

Como hemos visto, en algunos aspectos poco podemos hacer para evitar estos ruidos tan incómodos de nuestro cuerpo. No obstante, podemos asegurarnos que el entorno en el que nos encontramos se encuentre en condiciones óptimas. Por ejemplo, una silla adecuada en el puesto de trabajo puede ayudar a mantener una buena postura y, por consiguiente, evitar los chasquidos de mandíbula. Además, también podemos aplicar una limpieza exhaustiva que elimine por completo todos aquellos agentes que puedan llegar a irritar nuestra mucosa nasal y hacernos estornudar.