El uso de la celulosa azul es una práctica cada vez más presente en el sector de la industria alimentaria, sobre todo en aquellos puntos críticos del proceso en los que se deben extremar las precauciones a la hora de manipular los alimentos.
Aunque no existe una normativa respecto al color, el uso de la celulosa regenerada está regulado por el Real Decreto 691/2005, que establece el tipo de sustancias y materiales que están permitidos dentro del proceso de producción de este elemento. Esta normativa afecta a la industria alimentaria, especialmente en aquellos procesos en los que la manipulación de alimentos es habitual.
Es frecuente utilizar la celulosa azul en todos aquellas actividades relacionadas con la alimentación y sus derivados. Un buen ejemplo son los sectores de la hostelería, la restauración, la industria cárnica o las empresas de catering.
La razón de que se utilice este color se basa en diferentes motivos. Uno de ellos es la perpetuidad del tinte azul, es decir, no pierde la tonalidad en la mayoría de las circunstancias de producción de la industria alimentaria. Además, al no existir ningún tipo de alimento con este color, el contraste cromático ayuda al manipulador a la hora de detectar si ha caído algún tipo de elemento extraño que pueda afectar al consumidor final.
Las bobinas de papel se suelen utilizar para acciones como el secado de manos de los empleados dentro de la zona productiva, y están compuestas básicamente por fibras naturales de pasta virgen o reciclada. Además tienen una alta capacidad de absorción de líquidos, lo que se convierte en una gran ventaja.
Si nos referimos a los alimentos, no encontraremos ejemplos de productos con esta pigmentación. Pero, ¿a qué es debido? ¿Por qué no los encontramos a nuestro alrededor? Existe una explicación química que resuelve algunas de nuestras dudas. La consecución de un pigmento de este color es poco frecuente en nuestra naturaleza. Debido a la evolución natural de los alimentos, ha sido una tonalidad que no ha tenido éxito evolutivo, razón por la que no encontramos este color en nuestro día a día alimenticio.
Por otra parte, existe la percepción humana de asociar el color azul en los alimentos al mal estado de los mismos. De hecho, un estudio reciente de la revista Journal of Consumer Research revela que el color de los alimentos influye en la percepción de su sabor, un factor que juega en contra de la presencia de este pigmento en la alimentación.