¿Cuántas veces hemos salido con mal sabor de boca de un restaurante al ser testigos de una higiene nefasta?
Pese a que cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene la higiene en la imagen que nuestros clientes perciben de nuestro negocio, aún nos queda mucho camino por recorrer.
Y es que, escatimar gastos en material de limpieza y equipamiento, puede salirnos muy caro a la larga.
Aspectos como colocar dosificadores de jabón en vez de dispensadores en el baño o no mantener un orden en las bayetas que se usan para la limpieza de las mesas puede hacer que los clientes tengan una imagen poco profesional de nosotros.
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