Cambiarse de ropa y ducharse tras la práctica deportiva son actividades que realizamos en un vestuario y a las que dedicamos entre la mitad y un tercio del tiempo total que empleamos en hacer deporte. Por este motivo, la calidad de los vestuarios – que se mide por sus condiciones de funcionalidad, accesibilidad, seguridad, habitabilidad e higiene- es un aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de utilizar unas instalaciones deportivas. ¡Aquí os damos algunas pautas!El número mínimo de vestuarios en cualquier equipamiento deportivo es de dos, uno para cada sexo. Existen diversos tipos de vestuario, adaptados a distintas prácticas deportivas o a tipos de usuarios específicos, pero todos ellos deben responder a unos requerimientos comunes en lo que se refiere a su diseño, construcción y mantenimiento. Por ejemplo, tienen que disfrutar de luz y ventilación natural, además de ser amplios y de mantener espacios de privacidad para que las personas puedan cambiarse con comodidad.
Otro de los aspectos que garantizan la calidad de un vestuario es su correcta higiene y mantenimiento. Según indica el Servicio de Equipamientos Deportivos del Consell Català de l’Esport, es necesario limpiar varias veces durante el día y desinfectar periódicamente los pavimentos antideslizantes propios de los vestuarios ya que éstos se ensucian con facilidad y favorecen el contagio de hongos y verrugas.
“Los pavimentos deben ser impermeables, sin relieves que acumulen suciedad, de fácil limpieza, antibacterianos, resistentes a productos higiénicos, antideslizantes con pie calzado y descalzo, en seco o mojados”, según explica el informe “Legislación y Documentos técnicos de referencia en instalaciones deportivas” elaborado por el Consejo Superior de Deportes. Lo mismo sucede con los revestimientos verticales que además deben utilizar materiales resistentes a la humedad y contar con esquinas redondeadas para facilitar su limpieza.
Los suelos de los vestuarios, las duchas y los servicios deben tener una pendiente del 2%, sin peldaños y con recogida de aguas mediante canaletas y desguaces sifónicos para evitar estancamientos y evacuar rápidamente el agua de limpieza, tal y como indican las normas NIDE recogidas en el informe anterior. Esta normativa tiene como objetivo definir las condiciones reglamentarias, de planificación y de diseño que deben considerarse en el proyecto y la construcción de instalaciones deportivas.
Asimismo, estos tres espacios deben contar con tomas de agua de enchufe rápido para poderlos limpiar con una manguera a presión de forma sencilla. Los inodoros y lavabos tienen que estar empotrados y suspendidos en los muros para facilitar el lavado de suelos. Además, se recomienda que compartan el mismo espacio pero que estén separados del lugar para peinarse. Los bancos tampoco tendrán patas e irán colgados mediante escuadras o elementos similares.
La presencia de agua y vapor es constante en este tipo de instalaciones. Esto requiere que las instalaciones y el mobiliario de los vestuarios sean resistentes, duraderos y de fácil mantenimiento. Los materiales inoxidables son los más adecuados para taquillas, bancos y colgadores ya que facilitan su limpieza. Por otra parte, los aseos deben contar con dispensadores de jabón, toallitas de papel de un solo uso, portarrollos de papel higiénico cerrados con llave y secadores de pelo para facilitar así la higiene personal de los usuarios.