Salas de espera y recepciones de centros médicos: ¿un foco de infecciones?

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Las salas de espera de los centros médicos y las consultas ambulatorias son entornos en los que se considera que no existe un elevado riesgo de contraer una infección. Por este motivo no existe un programa específico de prevención de infecciones, pero algunos estudios y la consultora HGS recuerdan la facilidad con la que se propagan los virus en estas zonas, y ponen en entredicho esta calificación de espacios con un riesgo mínimo.

Este riesgo aumenta sobretodo en las épocas invernales, donde los episodios de gripe se suceden y las salas de espera de los centros médicos aumentan sus visitas y los virus y las posibilidades de contraer una infección se suceden durante todas esas semanas.

El Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos ha publicado en alguno de sus estudios que la transmisión de enfermedades infecciosas en estos espacios se debe a la ausencia de medidas eficientes para combatir los focos de infección de forma adecuada. Unos datos que reflejan la necesidad de aumentar el control y desarrollar de manera preventiva las estrategias de desinfección.

Por su parte, la Universidad de Ontario ha realizado un informe en el que recoge las principales vías de actuación para prevenir la propagación de las infecciones respiratorias en estas zonas. El control efectivo de las mismas en las salas de espera de los centros médicos, se puede realizar siguiendo una serie de actuaciones, entre ellas

  • Guardar una distancia mínima de 1m entre los pacientes que se encuentran en la sala.
  • Utilizar toallitas desinfectantes para limpiar las superficies que sean susceptibles de estar contaminadas.
  • Aconsejar a los pacientes la limpieza de sus manos con gel alcohólico.

Entre los diferentes factores de riesgo que facilitan la transmisión de agentes infecciosos. Se dividen en dos grupos, en función de si pertenecen a las personas o a las propias características de los espacios.

Algunos de los que afectan a las personas son los siguientes:

  • Las condiciones de las personas que sufren alguna patología que les hace más vulnerables y que pueden transmitir los virus a través del aire.
  • Una elevada aglomeración de pacientes en épocas de invierno.
  • Los tiempos de espera prolongados debido a una saturación de los servicios médicos.

En cuanto a los espacios, algunos de los más comunes son los siguientes:

  • Deficiencias en la ventilación de las salas, lo que conlleva una mala renovación del aire.
  • Unas dimensiones poco adecuadas de las salas que provocan aglomeraciones en los centros.
  • Presencia de revistas o juguetes que no permitan una desinfección completa de los mismos.
  • Falta de limpieza y desinfección de los espacios y superficies. Un aspecto esencial a la hora de disminuir las elevadas tasas de contaminación en las manos y la superficie de estas zonas. En función de la bacteria, su supervivencia en las manos puede variar entre 30 y 150 minutos, y puede llegar a permanecer hasta 5 meses en la superficie de las salas de espera.

En el caso de los objetos para los más pequeños, un estudio publicado por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, revela la importancia de una correcta limpieza e higiene de los mismos. Los juguetes de peluche son más propensos a la contaminación, ya que tienden a volver a contaminarse con bastante facilidad, por lo que suponen un riesgo infeccioso y no se recomienda su uso en las salas de espera.

Para combatir estos factores, según la Universidad de Chile se deben realizar campañas de sensibilización que aumenten la conciencia de los pacientes y las personas que visitan regularmente estos espacios. Algunas acciones preventivas son tan sencillas como taparse la boca al toser o estornudar, utilizar pañuelos desechables, lavarse las manos después de tener contacto con alguna superficie contaminada o evitar compartir objetos con los demás pacientes.

Pero, ¿cómo debe ser el diseño de las salas de espera? ¿Qué factores se deben tener en cuenta a la hora de diseñar estos espacios? Existe una serie de pautas sencillas de aplicar y sin costes elevados que facilitan la prevención frente a las posibilidades de contagio:

  • Deben disponer de un espacio suficiente para evitar las aglomeraciones y poder dividir a los pacientes en función del tipo de dolencia y afección. El espacio mínimo recomendado entre pacientes suele ser de 1m, según algunos estudios.
  • Adecuar el sistema de ventilación a las necesidades de la sala. Si no dispone de un mecanismo natural, instalar algún sistema que extraiga una mayr cantidad de aire que la que se aporta.
  • Los materiales de suelos, paredes y mobiliario deben ser resistentes, fácilmente lavables y sin muchas juntas para evitar la acumulación de la suciedad.
  • Renovar las revistas de forma periódica o evitarlas en la medida de lo posible mediante la incorporación de pantallas de informació
  • Facilitar a los usuarios el uso de dispensadores de gel alcohólico como por ejemplo el Purell de GOJO para la desinfección de las manos.
Estas medidas se suman a la necesidad de disponer de un buen Plan de Limpieza y Desinfección con un protocolo específico diseñado para estos espacios. Un documento que debe tener en cuenta, por ejemplo, la desinfección de juguetes y elementos ornamentales susceptibles de atraer las infecciones.

La gestión de las recepciones no se escapa del ámbito de la prevención de las infecciones. Deben ser unas zonas que se encuentren cercanas a las salas de espera para poder mantener en todo caso un control visual con los pacientes y debe disponer de un mobiliario ergonómico para los trabajadores que se encuentran allí. Una buena imagen de la recepción y una gestión optimizada de los tiempos de espera de los pacientes, ayuda a ofrecer una buena imagen de los centros médicos.

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