Cómo combatir los malos olores en los centros deportivos

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En la mayoría de los casos, la principal molestia relacionada con la higiene en los centros deportivos es el sudor. En otros posts, hemos comentado los gérmenes y microorganismos contaminantes que éste genera, traspasándose de una superficie a otra y suponiendo un riesgo en todos aquellos casos en que no se toman las medidas de higiene adecuadas. 

Pero lo cierto es que el sudor y la alta concentración de personas que se da en un centro deportivo, suelen causar una serie de «daños colaterales» de los que, en ocasiones, no somos conscientes. 

Estamos hablando de los olores. En este tipo de establecimientos, es muy frecuente que se genere un ambiente de malos olores concentrados y provocados por el olor corporal de los propios usuarios. De la misma manera, que también sucede que este olor se vuelve más desagradable cuando entramos en un espacio por primera vez y se difumina cuando ya llevamos un tiempo en él.  

¿Quiere esto decir que nuestra nariz se acostumbra a los malos olores? Más o menos. Pamela Dalton, psicóloga del Manell Chemical Senses Center de Filadelfía (EEUU), afirma que «con el tiempo, el cerebro empieza a filtrar como información inútil los olores habituales recogidos por la nariz.» 

Esto quiere decir que, cuando una persona lleva bastante tiempo en las instalaciones de un gimnasio, ya sea una sala de musculación, un pasillo o un vestuario, solamente será capaz de percibir los malos olores con suficiente claridad cuando entre en ese espacio. 

¿Qué remedios existen para evitar esta contaminación odorífera? A continuación, te mostramos dos básicos: 

 A) Mantener una buena higiene personal. Esto influye directamente en el tipo de olor que desprende nuestra piel. Aunque también entran en juego elementos como por ejemplo, la dieta, la edad u otros factores genéticos, la higiene personal ayuda a evitar los olores fuertes derivados de las personas. Se recomienda una higiene diaria, preferiblemente con jabones de carácter neutro (pH 7), para evitar posibles reacciones dermatológicas. En este punto, la higiene de manos también juega un papel importante. No tanto para frenar los malos olores, sino para evitar posibles contaminaciones derivadas de los gérmenes que origina el sudor corporal.

B) Eliminadores de olores. Si bien la primera solución que se nos viene a la cabeza contra los malos olores es un ambientador, debemos tener presente que tanto la tecnología como la química han hecho evolucionar de forma muy positiva los productos para la eliminación de olores. Para ello, debemos entender los ambientadores como un medio que camufla los malos olores con un aroma potente. De esta forma, los enmascaramos, pero no los hacemos desaparecer ni mucho menos nos deshacemos de los microorganismos nocivos. La novedad reside en los productos inhibidores, que atacan directamente el mal olor, deshaciéndolo y desintegrándolo hasta su desaparición.


CONSEJO PAPELMATIC 


En Papelmatic disponemos de una línea de eliminadores de olores. Partiendo de la base que nuestro olfato solamente funciona con gases, —es decir, para nuestra nariz, un sólido o un líquido no huele mal, sino que la sensación de mal olor viene provocada por los gases que se liberan debido a la descomposición del elemento—, debemos entender que los eliminadores de olores son eficientes por su composición molecular activa, que actúa sobre los malos olores por una vía química y biológica. Además, otra de sus principales ventajas es que se trata de productos de baja toxicidad capaces de evitar esa borrachera ambiental que se produce cuando se mezcla el aroma de un ambientador con el olor que ya había antes en el ambiente.  

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