Desde la Organización Mundial de la Salud nos advierten del peligro de algunos de los compuestos que utilizamos diariamente. Se trata de componentes en plásticos y cremas que llegan a simular el comportamiento de las hormonas, y pueden provocar serias enfermedades, especialmente aquellas relacionadas con problemas metabólicos. Entre estos compuestos químicos se encuentran los ftalatos, que se utilizan en el sector industrial para ablandar plásticos; las benzofenonas, que encontramos en los filtros ultravioletas de cremas solares; los parabenes, que se usan para alargar la caducidad de los cosméticos o el bisfenos, que se encuentra en los plásticos.
Por ello, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente junto con la Organización Mundial de la Salud, desvelaban hace unas semanas el contenido de un informe que pretende evaluar las evidencias científicas de los efectos de estas sustancias. La principal conclusión es que estamos ante una “amenaza global” de la que debemos estar pendientes.
Se incluyen 800 componentes que causan o pueden causar alteraciones en la regulación hormonal. Y sólo una parte muy pequeña de ellos han sido analizados para comprobar sus efectos nocivos en la salud de las personas.
Además, los investigadores apuntan que se ha detectado una relación visible de estos compuestos químicos con problemas reproductivos (infertilidad, tumores o malformaciones) o con efectos sobre la tiroides, el funcionamiento cerebral, la obesidad y el metabolismo.
El tema es cuanto menos a tener muy en cuenta, ya que los expertos no sólo plantean problemas en la reproducción masculina y femenina (incluso en animales), sino que también hacen alusión a alteraciones relacionadas con el desarrollo neuronal, desórdenes inmunitarios o metabólicos, e incluso tumores vinculados con alteraciones hormonales.