Este pasado año, Barack Obama confirmaba en una entrevista que el mejor consejo que le dio George Bush cuando le tocó sucederlo en el poder fue que usara Purell.
Por lo visto, el político del Partido Republicano defendía ante Obama que el gel hidroalcohólico fue su mejor aliado tras tantos apretones de manos en diferentes actos.
Y lo cierto es que Bush no iba nada desencaminado con este argumento. Precisamente en 2009, año en que Obama lo sucedió en la Casa Blanca el miedo a un contagio de la temida Gripe A era tal que los geles hidroalcohólicos no solamente abundaban en hospitales y aseos públicos, sino que empezaban a comercializarse de forma masiva en supermercados, hasta llegar al punto de agotarse.
No obstante, muchas empresas aprovecharon este temor popular para lanzar nuevos productos con fórmulas novedosas que prometían ser auténticos destructores de bacterias.
Entre otros, se popularizaron los desinfectantes antibióticos compuestos de triclosán, un fuerte agente antibectariano y fungicida, usado principalmente en hospitales para una desinfección exhaustiva.
Con el paso de los años, varias organizaciones demostraron que este componente es capaz de desarrollar cierta resistencia a algunas bacterias, anulando así la principal función del producto.
Tras este descubrimiento, fueron muchos los expertos que insistieron en que no había mejor método para mantener una buena higiene de manos que el lavado con agua y con jabón. No obstante, como alternativa para aquellas ocasiones en las que no tenemos acceso a un aclarado con agua, apostaban por los geles hidroalcohólicos, compuestos principalmente de alcohol, tal y como su propio nombre indica y por glicoles, que son elementos similares a la glicerina presenta en muchos jabones convencionales.
Esta composición tan simple, asegura la eliminación de bacterias y evita efectos contraproducentes. A fin de cuentas, George Bush no estaba equivocado cuando aconsejó a Obama.
CONSEJO HGS
Durante las últimas semanas, hemos insistido mucho en la importancia que cobra en estas fechas el hecho de mantener una buena higiene de manos. Pese a que lo mejor es aplicar un lavado con agua y con jabón, en muchas situaciones no nos queda otro remedio que optar por los geles hidroalcohólicos como la solución más cómoda.
No obstante, dada la alta oferta de este tipo de productos en el mercado actual, es importante considerar dos aspectos. Primero, cualquier gel hidroalcohólico debe cumplir con la norma AENOR UNE-EN 14476:2014 basada en la eficacia virucida. Además, es importante optar por un gel cuya composición contenga al menos entre un 60-70% de concentración en alcohol.
Desde HGS recomendamos Purell, un producto con garantías capaz de eliminar hasta el 99,9% de los gérmenes de forma eficaz y segura.