En 2011 conocíamos la noticia de dos afectados por una nube tóxica a causa de una mezcla química en las piscina de Son Hugo, en Palma de Mallorca. En concreto, un empleado mezcló por error ácido clorhídrico con hipoclorito, dos sustancias químicas que producen una peligrosa reacción. La razón del origen: los productos químicos estaban mal etiquetados.
Son muchas las profesiones que usan y utilizan diversos productos químicos. Estos pueden ser peligrosos ya que pueden producir irritaciones, lesiones, enfermedades e incluso ser tóxicas y nocivas con el medio ambiente. Por ello, es importante prevenir los daños que éstas sustancias puedan provocar conociendo qué productos son peligrosos y cómo debemos utilizarlos.
Es ahí, donde entran en juego las etiquetas. En la Unión Europea, el Reglamento CLP ((CE) 1272/2008) es el núcleo de la legislación que se ocupa de la clasificación, etiquetado y envasado de sustancias químicas. Aun así, desde la Agencia Europea para Sustancias y Preparados Químicos (ECHA) aseguran que en ocasiones podemos encontrar productos clasificados de diferentes forma por proveedores distintos. Ante esta situación, la ECHA ofrece una guía para facilitar el conocimiento ante dudas y preguntas sobre la clasificación, etiquetado y el envasado de los productos químicos. Entre ellos aconsejan:
- Si se obtiene diferente clasificación de diferentes proveedores para la misma sustancia o de la mezcla, es necesario comprobar que en realidad son el mismo producto químico. Una vez comprobado se aconsejan tomar diferentes opciones:
- Adoptar un enfoque preventivo y adoptar la clasificación más estricta
- Adoptar la clasificación que te da más confianza. Por ejemplo, aquella que es más consistente con la información toxicológica en la hoja de datos de seguridad.
- Cuando una sustancia o mezcla se clasifica como peligrosa, debe incluir una etiqueta en el envase. Así, se deberá verificar que la información es consistente con la información de la ficha de datos de seguridad. Si no es así, deberíamos comunicarlo al proveedor.
- En cuanto al envase, los productos químicos deben estar diseñados de tal manera que no puedan escapar, sin ser susceptibles de ser dañados y ser resistentes a tensiones y presiones normales de mantenimiento. El cierre, además, debe diseñarse de tal manera que pueda cerrarse varias veces sin riesgo a que se pierda su contenido.