¿Cómo podemos hacer de las residencias de ancianos un hogar acogedor?

In Espacios saludables, Residencias, Residencias Tercera Edad by entorno saludableLeave a Comment

En posts anteriores, hablábamos de la importancia que tiene fomentar aquellos espacios que enriquecen la relación entre pacientes y familiares en cualquier residencia de ancianos.

Entonces, ya mencionamos la fobia que suele despertarse en todos nosotros cuando llega el momento de ingresar en un geriátrico. Además de las connotaciones que esto lleva implícito, también puede asociarse ese sentimiento al hecho de abandonar el hogar y de mudarse a un entorno que, en ocasiones, nos recuerda a todo lo negativo de un hospital.

A fin de cuentas, una residencia pasa a ser un nuevo hogar para nuestros mayores. Y de la misma manera que decoramos nuestra casa a nuestro gusto, escogemos unas sillas cómodas y bonitas o compramos un colchón y una almohada a conjunto que se adapten a la perfección a nuestro cuerpo, deberíamos aplicar la misma norma a las residencias, entendidas como el hogar de los ancianos.

Precisamente, hablamos de un público bastante susceptible a sufrir dolencias que vienen causadas por el uso inadecuado de los elementos que acabamos de mencionar.

Y es que pese a que un geriátrico nunca sustituirá nuestro hogar, podemos hacer algunos cambios para que, al menos, lo parezca.

Existen parámetros como, por ejemplo, la incidencia de la luz solar, el uso de un mobiliario adecuado o una buena distribución de los espacios, que ayudan a hacer de las residencias espacios más cómodos y acogedores:

  1. Incidencia de la luz solar. En posts anteriores, hablábamos de un estudio que confirmaba que la luz solar ayuda considerablemente a los pacientes de hospital en su recuperación. Lo mismo pasa con los residentes de geriátricos; la luz solar es una fuente de energía y de vitalidad. Por ello, es tan importante que la mayor parte de los espacios que se encuentran en una residencia reciban una gran incidencia de luz solar.
  2. Distribución de los espacios. Una buena determinación y distribución de los espacios es necesaria para que los residentes se sientan como en casa. De la misma forma que en un hogar se asocia el salón a los ratos en familia o el dormitorio a la intimidad y a aquello más personal, en una residencia debe seguirse el mismo patrón por tal de que los usuarios no piensen en el espacio como un todo, sino que lo entiendan como una casa, con sus diferentes habitáculos y compartimentos, cada uno con una función concreta.
  3. Mobiliario ergonómico. Tal y como hablábamos al principio, nos encontramos ante un público delicado y al cual debemos prestarle una mayor atención en términos de ergonomía. Por ello, de la misma manera que hacemos en casa, debemos seleccionar el mobiliario más cómodo. Así, mediante un buen colchón, por ejemplo, podemos proporcionar un mejor descanso a los pacientes y evitar asociaciones que relacionen a los geriátricos con los hospitales y el dolor o la incomodidad que causa el hecho de encontrarse tanto tiempo en una cama que, en resumidas cuentas, no sentimos como nuestra.

Además de asegurar la comodidad del paciente, es importante tener en consideración a los profesionales que se dedican a velar por su bienestar. En esto caso, no nos referimos tanto a las infraestructuras de la propia residencia (que también es el caso), sino a aspectos que tienen que ver con la satisfacción en relación al trabajo que se está realizando, la existencia de un ritmo de trabajo asequible y poco estresante o la flexibilidad horaria y rotación en las tareas que se realizan.

No debemos olvidar que, si cuidamos al personal de las residencias y garantizamos su propio bienestar, esto se traslada a los pacientes. En ocasiones, es necesario ampliar el personal pensando en una mayor dedicación y atención a los residentes. No cabe duda de que una buena compañía sumada a un buen trato, les hará sentir como en casa.


CONSEJO EFEBÉ


La oferta de mobiliario adaptado a espacios como por ejemplo las residencias, ha evolucionado considerablemente durante los últimos años. En Efebé creemos que es necesario no solamente adaptar el propio espacio y las diferentes infraestructuras, sino los elementos que se contienen en el mismo. Hablando de un público tan delicado como son los ancianos, debemos prestarles una mayor atención en este aspecto y asegurarnos de que el mobiliario con el que conviven día a día es el más adecuado para ellos.

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